Sismos naturales y artificiales

En publicaciones anteriores habíamos dicho que un sismo o terremoto, es una dispersión de energía que se manifiesta en forma de vibraciones en el terreno.

Las causas generadoras de los sismos sigue en discusión aunque en la actualidad se los asocia con los movimientos de las placas tectónicas.

Una explicación podría ser que los movimientos de las placas no son continuos sino una sucesión de desplazamientos separados entre sí por períodos de quietud en los que la energía se va acumulando y que, luego al soltarse, genera una violenta dispersión de ondas longitudinales y transversales.

El efecto suele ser desastroso como este último gran terremoto con epicentro en el mar, que provocó grandes olas o tsumanis que barrieron las costas de indonesia.

El gran interrogante es saber si se puede predecir un terremoto, aunque todo parece indicar que esto aún no es posible.

No obstante algunos científicos observan cuidadosamente la actividad de los microsismos en la creencia de que son premonitores de un terremoto e incluso una vez, en la provincia china de Liaoning, se logró predecir el sismo del 4 de febrero de 1975.

Sin embargo se debe tener en cuenta que estos movimientos a veces no existen y que otras no preanuncian nada.

Hoy por hoy se obtienen mejores resultados con la prevención que con la predicción.

Se puede citar como ejemplo a la ciudad de San Juan que fue destruida por un terremoto el 15 de enero de 1944 con la consecuente pérdida de millares de vidas humanas.

Posteriormente se reconstruyó la ciudad con fundaciones civiles sismoresistentes y severas medidas de seguridad para cables, agua, ductos e infraestructuras sanitarias.

El 23 de noviembre de 1977 se produjo otro sismo que destruyó las cercanas poblaciones de Caucete y Nueve de Julio pero las nuevas edificaciones de la capital de San Juan resistieron perfectamente el paso de las vibraciones.

En otro orden de cosas es dable consignar que también el hombre suele provocar sismos, artificiales y de baja intensidad, con el objeto de realizar estudios específicos.

En efecto, la detonación de cargas explosivas enterradas genera la propagación de ondas longitudinales que, captadas por geófonos (sismógrafos adaptados), dan información del subsuelo.

Las ondas provocadas se reflejan o refractan indicando su paso de un medio a otro, su detección con estos sensores y otros sistemas permite determinar, por ejemplo, la existencia de yacimientos de hidrocarburos.

La producción de microsismos artificiales es muy usual no solo en la búsqueda de hidrocarburos o agua, sino también para conocer la homogeneidad del sustrato al construir grandes obras como represas, aeropuertos, puentes, etc.

Geológo Ricardo Timón