Residuos Sólidos

Los residuos de origen industrial se suelen clasificar en los asimilables a residuos domiciliarios y los que poseen alguna característica peligrosa de inflamabilidad, toxicidad, radiactividad, etc.

Las leyes aplicables a residuos determinan los límites a partir de los cuales una sustancia puede considerarse peligrosa. Estos límites no son uniformes en muchos casos y dependen en otros muchos de lo dictaminado por las distintas Autoridades de Aplicación.

Por otra parte, los residuos asimilables a domiciliarios, como su nombre lo indica son aquellos que pueden recibir tratamientos similares a los residuos de origen domiciliario.

Dentro de estos residuos involucramos los residuos de comedor y de oficinas y aquéllos residuos de proceso que no contengan constituyentes peligrosos (recortes de tela, viruta de madera o acero sin aditivos, recortes de papel, y todo otro residuo del que pueda demostrarse no posea características peligrosas)

Una pregunta que habitualmente se hacen los industriales es “Si los residuos que poseo son asimilables a residuos domiciliarios y les puedo dar el mismo destino ¿porqué no puedo sacarlos en una bolsa y que los retire el basurero municipal?”

La respuesta es un rotundo NO por dos razones.

1) La ley prohíbe que los residuos industriales no peligrosos puedan transportarse por la misma vía que los residuos domiciliarios, pues sería entonces imposible controlar posibles casos de contaminación.

2) El industrial quedaría expuesto a que manos inescrupulosas o simplemente que algún vecino por ignorancia deposite en la bolsa o contenedor un residuo de características peligrosas.

Independientemente de las exigencias reglamentarias, el industrial para observar un correcto comportamiento ambiental, debe ser capaz de asumir la responsabilidad de la generación, depósito, transporte y disposición de sus residuos sólidos.

¿Pero que ocurre con los residuos domiciliarios no industriales? No existe ningún tipo de control ni metodología alguna en el manejo de estos residuos. Simplemente se recibe la basura en camiones recolectores y se envían a relleno sanitario en el mejor de los casos. En esa basura están incluidos todos los residuos que uno pueda imaginar, restos y latas de comida, plástico y aluminio de envases de bebidas; pero también cables de cobre, latas de adhesivos o pintura, scrap de computación como cartuchos de tinta, pilas, etc.

Si multiplicamos esto por millones de hogares llegamos a un fenómeno de contaminación perfectamente legal que no es solucionable desde las autoridades exclusivamente.

Es una gran cosa que los ciudadanos utilicemos los cestos de basura (nuestros hijos muchas veces nos sorprenden educándonos al respecto); pero este objetivo (aún lejano en su cumplimiento) debe ser complementado con clasificación y disposición discriminada. Finalmente puede ir afinándose la clasificación de modo de permitir el reciclado.

Si puede implementarse para las industrias, debe poder implementarse para todos.