2003 – Año Internacional del Agua Dulce
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- El 1 enero, 2000
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Atendiendo a la problemática presente y futura que gira en torno a los recursos hídricos planetarios, el 20 de diciembre de 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó al 2003 como el Año Internacional del Agua Dulce a través de la resolución 55/196. Esta resolución fue lanzada por el gobierno de Tajikistán y tuvo el apoyo de 148 países. Su finalidad es hacer un llamamiento a los gobiernos de los diferentes países, al sistema de las Naciones Unidas y a los diferentes actores a hacer el mayor esfuerzo posible por contribuir a mejorar la toma de conciencia de la importancia de un uso sostenible, de la gestión y de la protección del agua dulce.
Este año ofrece la oportunidad de acelerar la implantación de los principios de la gestión integrada de los recursos hídricos a niveles internacional, regional y nacional.
Con esta finalidad, la ONU lanzó este año el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos, que se materializa en el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos. Este informe documenta los progresos realizados en la consecución de los retos propuestos por el programa. Los retos son: cubrir las necesidades básicas, asegurar el suministro de alimentos, proteger los ecosistemas, compartir los recursos hídricos, gestionar los riesgos, valorar el agua, gestionar el agua integralmente, mejorar el conocimiento de base, y gestionar el agua para usos energético, industrial y urbano.
La primera edición de este informe, presentada este año, muestra números alarmantes acerca del estado actual de la problemática para cada una de las áreas anteriores.
A fin de hacer una breve caracterización del problema, mencionaré algunas de estas cifras:
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1000 millones de personas carecen de instalaciones necesarias para abastecerse de agua, mientras que 2400 millones no tienen acceso a sistemas de saneamiento.
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Un recién nacido de un país desarrollado consume una cantidad de agua 30 a 50 veces mayor a la de un recién nacido de un país en desarrollo.
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Cada día, las enfermedades de tipo diarreicas causan unas 6000 muertes, la mayoría de las cuales son de niños menores de cinco años.
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Cada día se vierten 2000 millones de toneladas de desperdicios humanos a cursos fluviales.
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Sólo 5 de cada 55 ríos son considerados prístinos y sólo las secciones superiores de los ríos más grandes mantienen un “buen estatus ecológico”.
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El 60% de los 227 ríos más grandes del mundo están severamente fragmentados por represas, desvíos y canales, causando la degradación de sus ecosistemas.
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El 50% de los humedales mundiales se han ido perdiendo desde 1990.
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Aproximadamente un 70% del agua disponible se utiliza para riego, mientras que las tierras utilizadas para uso agrícola han aumentado en un 12% desde la década del 60.
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Las extracciones de agua a nivel mundial utilizadas para riego se estiman actualmente en 2000 a 2555 km3/año.
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Las malas prácticas de drenaje e irrigación causan la saturación y salinización de aproximadamente un 10% del total de tierras irrigadas.
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La extracción de agua para uso industrial en el mundo es de un 22% del uso total de agua. Se espera que esta cifra aumente al 24% para el 2025.
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El sector de producción alimentaria es el que tiene el aporte más alto de contaminantes orgánicos al agua, correspondiendo un 40% a países de ingresos elevados y un 54% a países de ingresos bajos.
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Un 70% de los desechos industriales sin tratamiento, en países en desarrollo, se vierten al agua.
El problema del agua y las ciudades merece un tratamiento especial debido a que se estima que para el año 2030, más del 60% de la población mundial (alrededor de 5000 millones de personas) residirá en zonas urbanas. Como consecuencia de este aumento, la demanda conjunta de las necesidades domésticas, comerciales, industriales y de la agricultura periurbana generará presiones enormes sobre los recursos de agua dulce. Ante el crecimiento constante de la demanda, las ciudades buscan agua subterránea a niveles cada vez más profundos y agua superficial cada vez más lejos, a costos ambientales y económicos que no son viables a largo plazo.
El porcentaje de población que habitaba en asentamientos urbanos en países desarrollados en el año 2000 fue del 75,5%, mientras que en los países en desarrollo, fue del 40,5%. Se espera que para el 2015, esto porcentajes suban al 78,5 y 48,5, respectivamente.
La proporción de viviendas conectadas al suministro de agua en grandes ciudades, en el mundo es del 94%, mientras que está cifra en América Latina y el Caribe, desciende al 77%. Otro dato interesante es la proporción de viviendas conectadas al servicio de saneamiento en grandes ciudades, ya que para el mundo corresponde al 86%, mientras que para América Latina y el Caribe, esta cifra alcanza sólo el 35% de las viviendas.
En las zonas urbanas de los países en desarrollo, uno de cada seis niños muere antes de cumplir 5 años.
Las ciudades se enfrentan también otros retos como ser: asegurar a las poblaciones pobres el acceso a agua potable, y poner fin al derroche y a los usos ilegales del agua.
Esta crisis urbana podrá resolverse sólo a través de una gestión y una administración que permitan el uso sostenible de este recurso.
Todo lo anterior intentó ser un breve diagnóstico de la situación actual de la problemática mundial que gira en torno a los recursos hídricos. Si bien el panorama se presenta adverso, es importante destacar la iniciativa mundial representada a través de la asignación de este año como el año Internacional del Agua Dulce y de la gran cantidad de planes y proyectos a niveles nacional, regional e internacional destinados a solucionar estos problemas. En mi opinión, es un buen comienzo, aunque son muy importantes la coordinación y la continuidad en la gestión de estos planes, y en especial tiene mucha importancia la participación de las comunidades locales y de todos los actores sociales para que se lleguen a cumplir los objetivos previstos.
Jorgelina del Pilar Oddi
DNI 29542109
Analista en Ciencias Ambientales – Estudiante de Licenciatura – USAL
Fuente: Informe Mundial sobre el Desarrollo de Recursos Hídricos, Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2003.
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